Tratamiento

El Dr Santis realiza tratamiento de los siguientes Trastornos Emocionales:

1. Consumo problemático de Alcohol y Alcoholismo
2. Entrenamiento en Moderación del Consumo de Alcohol
3. Adicción a sustancias químicas
4. Adicciones Conductuales
    4.1. Juego Patológico
    4.2. Otras Adicciones Conductuales
5. Tabaquismo

Se entiende por adicción a una enfermedad cerebral de carácter crónico y recurrente, que se desarrolla por el consumo regular, compulsivo y, casi siempre excesivo, en el tiempo de una determinada sustancia. El carácter crónico de esta enfermedad deriva del hecho de que las modificaciones que ha debido desarrollar el cerebro en sus distintos circuitos para hacer frente a las sustancias adictivas son duraderas en el tiempo. El carácter recurrente, a su vez, deriva del hecho de que dichas modificaciones pueden fácilmente reactivarse, bajo ciertas circunstancias que veremos más adelante, determinando la reaparición de las conductas adictivas.

Del mismo modo que en las adicciones a sustancias, también es posible que se desarrollen conductas adictivas en las denominadas adicciones del comportamiento (juego patológico, conducta sexual compulsiva, comer compulsivo, compra compulsiva, adicción a videojuegos).

La característica central de todas las adicciones es la presencia de conductas adictivas caracterizadas por la búsqueda y consumo compulsivo de una determinada sustancia o la práctica de una determinada conducta (conductas sexuales, juego, gasto de dinero, etc.), que se efectúa con pérdidas de control por parte del sujeto. La búsqueda y consumo compulsivo de una sustancia, pueden ocasionar la aparición de síntomas que se repiten intermitentemente cuando el sujeto está bajo los efectos de la sustancia (ejemplo: estados de ebriedad a repetición o estados de intoxicación o estar volado con marihuana). Además, en el caso de algunas sustancias se pueden presentar lo que se denomina síntomas de privación que se gatillan habitualmente luego periodos prolongados de consumo regular, en el cual la persona experimenta síntomas, característicos de cada sustancia, cuando disminuye o suspende el consumo.

Otra característica central de las conductas adictivas, sean a sustancias químicas o a comportamientos, es la recaída. Se entiende por recaída a la reaparición del patrón antiguo de búsqueda y consumo compulsivo de una sustancia (o práctica compulsiva de una conducta) luego de un periodo de ausencia de tales conductas (abstinencia). Se suele observar en el desarrollo de la mayoría de las adicciones la alternancia de periodos con conductas adictivas y periodos de ausencia de conductas adictivas. Esta alternancia puede dar la falsa sensación de control sobre el consumo, pero con mucha frecuencia los periodos libres de conductas adictivas se van acortando hasta desaparecer. Vale decir, el hecho de que uno pueda tener periodos de ausencia problemas con el consumo de una determinada sustancia no descarta la presencia de una adicción.

El tratamiento de los distintos trastornos adictivos requiere de una acuciosa evaluación inicial que no solo valore el consumo de sustancias si no que considere integralmente al sujeto. Los aspectos a evaluar incluyen funcionamiento psicológico, presencia de otros trastornos mentales y enfermedades médicas, y funcionamiento laboral o académico, funcionamiento familiar. Dicha evaluación permite el diseño de un plan de tratamiento personalizado que guiará el proceso de recuperación del paciente.

Existe consenso en el mundo científico de que el tratamiento de las conductas adictivas debe tener algunas características esenciales:
a. Debe tener una visión biológica, psicológica y social de la persona, lo que permite una consideración integral de su problemática.
b. Debe tener un abordaje multidisciplinario, de manera de responder específicamente a las complejas necesidades de los pacientes.
c. Debe ser personalizado, reconociendo las diferencias individuales y la severidad variable de la enfermedad adictiva.
d. Debe ser dinámico, en permanente evaluación del plan de tratamiento de manera de adaptarlo a la evolución del paciente como a los cambios frecuentes de su contexto ambiental.

El Dr Santis realiza tratamiento de los siguientes Trastornos Emocionales:

 

1. Consumo problemático de Alcohol y Alcoholismo

La compresión del público general de las distintas formas anormales de beber alcohol esta teñida de conceptos equívocos y estereotipos, a lo cual el mismo lenguaje de los profesionales de salud ha contribuido en su génesis. El ejemplo más evidente de esta confusión es el concepto popular de “alcoholismo” entendido habitualmente como “no poder estar sin beber”, lo cual, si bien es alcoholismo, hace referencia a un estado muy severo de alcoholismo que es poco frecuente. Por otro lado está la creencia que cualquier problema relacionado al consumo de alcohol es alcoholismo, lo cual también es falso. A continuación, se realiza una descripción de las categorías actualmente aceptadas de beber anormal para clarificar dichos conceptos equívocos.

Las manifestaciones del consumo anormal de alcohol, al igual que el consumo normal, dependerán de cómo y cuanto se beba. Existe un continuo de beber anormal, desde formas leves y transitorias hasta formas de consumo graves y habitualmente crónicas:
– Consumo de Bajo Riesgo: para hombres, consumo de no más de 4 tragos estándar en un solo día, y no más de 14 tragos estándar por semana; para mujeres, consumo de no más de 3 tragos por día, y no más de 7 tragos estándar por semana. Solo el 2% de las personas que beben de esta forma desarrollara un Trastorno por Consumo de Alcohol de mayor severidad.
– Trastorno por Consumo en Atracones de Alcohol: patrón de consumo de alcohol que genera niveles de alcoholemia igual o superior a 0,8 gr/L. En el caso de los hombres, esto ocurre generalmente con 5 o más tragos estándar en un lapso de 2 horas; en el caso de las mujeres, este nivel se alcanza luego de consumir 4 o más tragos estándar en 2 horas. Se requiere que este patrón haya ocurrido al menos un día en los 30 días precedentes. Este patrón es característico de adolescentes y jóvenes. Se trata de un grupo heterogéneo de consumidores, dentro de los cuales el subgrupo de mayor riesgo de desarrollar trastornos por consumo de alcohol más severos en la vida adulta corresponde a los que iniciaron precozmente el consumo de alcohol, son hijos de padres con alcoholismo y tuvieron trastornos de conducta en la infancia y adolescencia.
– Consumo o Beber Excesivo: se define como consumo en atracones de alcohol por 5 o más días del mes y/o consumo de más de 15 tragos estándar por semana en hombres y más de 8 tragos estándar por semana en mujeres. En términos globales aproximadamente un 10% desarrollara trastornos más severos de consumo de alcohol, pero al igual que la categoría anterior, se trata de un grupo heterogéneo con múltiples subgrupos.
– Consumo Perjudicial: corresponde a una categoría de la Clasificación Internacional de las Enfermedades en la cual el sujeto experimenta consecuencias negativas en su estado psicológico o su salud física a causa directa del consumo de alcohol.
– Consumo Problemático: se refiere al consumo excesivo que determina consecuencias negativas en la vida del sujeto aún cuando ésto sea ocasionalmente. Habitualmente se excluye de este grupo a los pacientes con dependencia severa al alcohol
– Alcoholismo: esta denominación, que se refiere a la forma mas grave de consumo de alcohol, se característica por la búsqueda y consumo excesivo de alcohol, patrón que es reiterativo en el tiempo a pesar de las consecuencias negativas que experimenta el sujeto. La expresión “alcoholismo” ha sido reemplazada en las clasificaciones internacionales por términos mas precisos y con menor estigma social.

El tratamiento basado en la abstinencia indefinida, está indicado para personas que sufren alto descontrol en el consumo de alcohol y/o que sufren de severas consecuencias del consumo.

 

2. Entrenamiento en Moderación del Consumo de Alcohol

Destinado a personas que no contemplan la abstinencia de alcohol como alternativa de tratamiento y que aún conservan algún grado de control sobre el consumo de alcohol. Este entrenamiento en moderación del consumo se basa en la terapia cognitivo conductual denominada “Entrenamiento en Autocontrol Conductual”.

 

3. Adicción a sustancias químicas

Las adicciones a sustancias ilícitas más frecuentes en Chile son a la marihuana, cocaína y pasta base de cocaína. En los últimos años han aumentado las adicciones a drogas sintéticas o de diseño, generalmente asociadas a fiestas electrónicas. El tratamiento está basado en la abstinencia de toda sustancia adictiva. Sin embargo, algunos paciente no consideran esta alternativa como su elección o buscan cambios intermedios y para ello existe el Tratamiento basado en la Reducción de Daños.

 

4. Adicciones Conductuales

Existe creciente evidencia que el cerebro puede enfermar de una adicción no solo por la exposición a sustancias adictivas, sino que también por algunas conductas que en personas vulnerables puede determinar el desarrollo una “adicción conductual o del comportamiento”. Lo que tienen en común todas las conductas que pueden desarrollar una adicción del comportamiento es gatillar una intensa experiencia de placer de manera casi inmediata a la ejecución de la conducta, lo que se denomina “gratificación inmediata”.

La evidencia científica muestra que tanto los cambios químicos cerebrales como los factores genéticos predisponentes son del todo similares a los de las adicciones a sustancias. De igual forma lo son las manifestaciones clínicas: búsqueda y ejecución descontrolada de la conducta a pesar de las consecuencias negativas, y evolución crónica con alternancia de periodos sin la conducta y recaídas. A continuación se describen brevemente las más frecuentes:

 
4.1. Juego Patológico

Dentro de estas adicciones del comportamiento, está la Ludopatía que consiste en una conducta compulsiva o descontrolada con el juego, vale decir, las personas buscan una gratificación fácil, rápida en la ejecución de algún juego, ya sea juego en internet, juegos en el casino o en las maquinas denominadas tragamonedas.
Lo que tienen en común todas estos tipos de juegos, es que en un comienzo representan para el sujeto una gratificación, una experimentación de placer que es rápida y que el desenlace se obtiene en el corto tiempo. Sin embargo, no todas las personas que juegan, sea en internet o en el casino, presentan adicción al juego. Existe una categoría denominada “juego problemático”, que consiste en que la persona comienza a destinar un tiempo excesivo a ya sea el juego en casino, video juego, pocker online, etc., o comienza a experimentar consecuencias negativas de ello, como por ejemplo disminución del rendimiento académico, gasto excesivo, disminución del contacto social, etc. Las personas que tienen un juego problemático y que todavía no han desarrollado una ludopatía, mantienen aún un grado suficiente de control y una conciencia de sus conductas que les permite recapacitar y enmendar el rubro. Es decir, generalmente cuando enfrentados por la familia o cuando se ven enfrentados a una restricción en los horarios (por ejemplo: restricción de acceso al computador para jugar video juegos), habitualmente la persona es capaz de corregir su hábito de juego.

Sin embargo, existe un porcentaje menor de personas que a pesar de las restricciones y a pesar de las consecuencias negativas, comienzan a perder progresivamente el control sobre su conducta de juego, ignorarando dichas consecuencias negativas en su vida. Generalmente en el inicio de la ludopatía, las personas suelen buscar una gratificación, una experiencia placentera que muchas veces los evade de estados emocionales displacenteros o los evade de realidades difíciles que les toca vivir; en otras palabras, es un momento de evasión. Al cabo de, generalmente, varios meses o pocos años, la persona se empieza a ver enfrentada a los costos que el juego acarrea, en términos de empobrecimiento, deudas, conflictos con la familia, impacto negativo en el trabajo, lo cual genera que la conducta de juego ya no produce euforia o placer, sino que empieza a transformarse en una actividad que busca recuperar las pérdidas ocasionadas por el juego y el alivio del agobio económico y familiar. La conducta gradualmente comienza a ser practicada de manera oculta del resto de la familia, o con excusas cada vez más poco creibles para justificar ausencias.

En que consiste el tratamiento?

Como en la mayoría de las adicciones, los pacientes que desarrollen juego patológico exhiben una constelación de factores biológicos, psicológicos y sociales que favorecieron el desarrollo del juego patológico, por lo tanto es necesario una adecuada evaluación multidisciplinaria que permita el desarrollo un plan integral de tratamiento y que no solamente este focalizado en la conducta de juego, sino que también de poder resolver la frecuente coexistencia de otras enfermedades emocionales, como los trastornos del ánimo o los trastornos de ansiedad y muchas veces la coexistencia de conflictos psicológicos o de problemas de personalidad.

Además, es muy importante poder resolver las consecuencias familiares, la desconfianza y ayudar a que el sistema familiar retome hábitos saludables de convivencia y de administración del dinero. Los pacientes que logran tomar conciencia y logran comprometerse con la suspensión de conducta de juego y solución de los conflictos asociados, efectivamente tienen una buena probabilidad de resolver definitivamente su juego patológico.

 
4.2. Otras Adicciones Conductuales
Compra Compulsiva

La Compra Compulsiva es un trastorno mental en el cual la persona gasta mucho tiempo y recursos económicos en buscar o ejecutar la compra de objetos que posteriormente tiende a acumular. Para la persona que sufre de este trastorno mental, lo relevante es la euforia o placer que le provoca el acto mismo de la compra más que el objeto comprado. La persona suele experimentar estados emocionales perturbadores que a menudo gatillan que la persona recurra a la compra como una manera de aliviar el estado displacentero que gatilla la compra compulsiva.

Este trastorno mental muchas veces suele pasar desapercibido durante largo tiempo hasta que queda en evidencia que la persona que lo padece no hace frente a las deudas que suele contraer, agotando los recursos propios y descuidando sus responsabilidades, sino que muchas veces comienza a recurrir a préstamos con terceros o incluso puede llegar a robar dinero con el objetivo de poder ejecutar la compra.

Las consecuencias de la compra compulsiva no son solamente el empobrecimiento y las deudas, incluso problemas legales derivados de los incumplimientos de los compromisos económicos, sino que también los conflictos familiares y conyugales, a menudo llevando al quiebre de relaciones de matrimonio.

El tratamiento de la compra compulsiva implica en un primer momento interruptir este círculo vicioso de compra de objetos, mediante el retiro de la disponibilidad de dinero del paciente, pasando ese control a un familiar cercano. El hecho de interruptir la posibilidad de compra genera una oportunidad para que la persona pueda iniciar un trabajo del aprendizaje de una técnica llamada prevención de recaídas, que lo que pretende es el aprendizaje del autocuidado de manera tal que la persona identifique cuales son los escenarios en los cuales está en riesgo de realizar una compra compulsiva y que desarrolle estrategias alternativas para poder manejar las emociones que suelen gatillar la compra compulsiva.
Posteriormente es necesario que la persona realice una psicoterapia de manera tal que pueda resolver los conflictos emocionales que muchas veces están a la base de este trastorno y que de no ser remediado o resuelto muchas veces llevan a la reaparición de la compra compulsiva en años posteriores, por lo tanto es una enfermedad que puede potencialmente reaparecer posteriormente en la vida.

Adicionalmente es necesario como parte del tratamiento enfrentar el deterioro de las relaciones interpersonales, sobretodo en el plano familiar y matrimonial, de manera tal que se pueda recuperar la confianza y reparar los daños que se produjeron en las relaciones interpersonales.

Trastorno Sexual Compulsivo

Esta enfermedad mental consiste en la práctica recurrente y descontrolada de conductas sexuales al margen del contexto de una relación amorosa de pareja. Habitualmente consiste en la visión de pornografía asociado a conductas masturbatorias y/o a recurrir a prostíbulos que pueden estar acompañados de actividad sexual con la prostituta o muchas veces solamente es el hecho de estar en contacto con una prostituta sin necesariamente llegar a consumar el acto sexual.

El origen de este trastorno suele estar asociado a experiencias muy tempranas de erotización precoz del niño, en el cual existen elementos traumáticos como exposición a ver un acto sexual muchas veces de sus propios padres o de algún familiar cercano como los hermanos o haber sido expuesto precozmente a material pornográfico que el niño no es capaz de procesar, sin embargo logra experimentar un estado de excitación por el cual ni si cuerpo ni su estado psicológico esta aun preparado, por lo tanto es vivido como una experiencia traumática.
Ocasionalmente puede tener también relación con experiencias de abuso en la infancia o incluso violación.

El tratamiento de este trastorno sexual compulsivo consiste en lograr suspender la conducta sexual en cuestión, a través del alejamiento de la exposición a situaciones de riesgo, tales como ver películas o pornografía o tener acceso a prostitutas, de manera tal que en dicho lapso en el cual el paciente pueda estar en abstinencia sexual, es posible comenzar a trabajar los conflictos conyugales si es que aún existe pareja y progresivamente re dirigir mediante una psicoterapia la sexualidad del sujeto hacia la vida sexual amorosa madura que se da en el contexto de la relación con otro.

Simultáneamente es necesario que la persona aprenda estrategias de prevención de recaída, que le van a permitir reconocer cuales son los factores que gatillan en su interior, la aparición de las fantasías sexuales y de la excitación que finalmente lo llevan a ejecutar dichas conductas.
Adicionalmente es necesario precozmente intervenir en las relaciones de pareja, de manera tal de lograr colaborar en que la pareja logre sanar sus heridas, sus dolores producto de este trastorno sexual compulsivo y esté en condiciones eventualmente de poder reconstruir la relación de pareja.

Adicción a Internet

De acuerdo a un amplio estudio realizado en jóvenes de Estados Unidos en el año 2013, el 41% de ellos gastaba más de tres horas al día en internet, en algo que no tenía que ver con las actividades escolares ni de otros tipos, sino que solamente actividades recreacionales.

El diagnóstico de la adicción a internet no es un único trastorno, sino que incluye dentro de este tipo de patología, la adicción a juegos de internet, habitualmente juegos de roles, que se juegan en grupo, la adicción a redes y la adicción a sitios web de contenido sexual.

La historia más habitual de aparición de síntomas tiene que ver con un inicio de juegos en internet o redes sociales en la edad adolescente, en la cual habitualmente hay una interacción con otros pares que tienen la misma práctica. Generalmente existe un ambiente familiar poco normativo, donde el adolescente tiene acceso libre a internet y poder llevar a cabo los juegos en un espacio cerrado, donde no hay posibilidad de monitorización parental que es su dormitorio habitualmente./p>

Progresivamente empieza a aumentar la cantidad de horas que el sujeto le dedica a internet en la semana, que existe un límite de 20 horas a la semana que es característico de aquellas personas que ya están en vías de desarrollar una adicción.
La persona empieza a estar preocupado por el juego en internet y empieza a tener cada vez mayor preponderancia en su vida en desmedro de otras actividades. La persona empieza a gastar grandes cantidades de tiempo progresivamente aumentando la cantidad de horas y la necesidad para poder lograr la misma satisfacción que desarrollaba previamente.

En algunos adolescentes la suspensión del juego por parte de los padres, desarrolla estados de ánimo depresivo, irritabilidad e incluso agitación que progresivamente se trasforma cada vez más difícil el control del tiempo que se pasa en línea, lo cual lleva a que el sujeto empiece a alterar ya no solamente sus actividades diurnas, en las cuales empieza a descuidar sus actividades escolares o académicas, sino que habitualmente comienza a gastar tiempo de sus horas de sueño en el juego de internet, lo cual hace que al día siguiente generalmente tenga una somnolencia diurna. En casos más extremos, los pacientes empiezan a alterar su alimentación, se saltan comidas, incluso disminuye la ingestión de líquidos, lo cual puede ser particularmente preocupante. En algunos comienza ya aparecer alteración en la columna, con dolores por la postura, como dolores en las manos y en las articulaciones.

El manejo clínico de la adicción a internet, está en sus inicios en términos de investigación, sin embargo hay algunos hechos que es importante destacar. Primero que nada, debe ser de regla la evaluación de posibles trastornos mentales coexistentes, dada la alta frecuencia de trastornos del ánimo, en especial depresión y déficit atencional. Particular atención se le debe dar a la hostilidad y agresión, especialmente en hombres.

Respecto de estrategias de prevención, existen algunas medidas que la familia en particular, los padres pueden desempeñar, para impedir el desarrollo de un trastorno como éste. Uno es estimular intereses u otras actividades que no involucren internet, tales como actividades deportivas, clubes de scouts por ejemplo, grupos religiosos que impliquen actividades cara a cara con otros pares.

Segundo, al interior de la familia, es importante poner límites en términos de no sobrepasar las dos horas de juego por día, especialmente en la noche y restringir el uso del computador solamente en aquellas áreas comunes donde se pueda monitorizar la actividad online.

Además hay que hablar con el adolescente respecto del impacto que tiene el alto nivel de estrés y el rol de la ansiedad y la depresión en gatillar un descontrol posterior de esta conducta adictiva.

Respecto de las intervenciones psicológicas para los pacientes que ya sufren de una adicción de internet, existen estrategias que están basadas en los mismos tipos de terapia que se aplican a las adicciones en general. Una de ellas es la terapia cognitivo conductual, en la cual al sujeto se le entrena en identificar el proceso mediante el cual el termina involucrado en conductas de juego y se le enseña a tomar conciencia de las consecuencias negativas que han ido generando en su vida, del mismo modo que se estimula el desarrollo de otras actividades, de forma tal que el adolescente pueda desarrollar.

Dentro de este tipo de terapia, es muy importante el involucramiento parental, no solamente de poner límites respecto de monitorizar el tiempo de juego, sino que además también para poder estar cercanos y facilitar este proceso de mayor equilibrio en el estilo de vida de los adolescentes.

Comer compulsivo o Trastorno por Atracones

Este trastorno mental es considerado un tipo de trastorno de alimentación, sin embargo tiene muchas características que comparte con los trastornos adictivos.

Los trastornos adictivos se caracterizan de modo general, por la pérdida de control sobre una determinada conducta, lo cual también es característico del comer compulsivo o trastorno por atracones.

En este trastorno, la persona habitualmente experimenta episodios de ingesta de grandes cantidades de alimentos, habitualmente alimentos de alto contenido calórico en un lapso de tiempo muy breve, el cual va sucedido por una sensación de malestar gastrointestinal, pero al mismo tiempo de sentir sentimientos profundos de culpa y remordimiento.
Habitualmente producto de la repetición de los atracones en el tiempo, la persona va experimentando una menor confianza en sus recursos personales y un autoestima e imagen deteriorada, adicionalmente asociada al frecuente aumento de peso que conlleva este trastorno de atracones.

Precediendo a la aparición de los síntomas, habitualmente los pacientes experimentan estados emocionales displacenteros que suele ser angustia, estados de tristeza o de profunda frustración que el paciente logra aliviar o descargar a través de la conducta de comer compulsivo.

Este es un patrón que suele tener un inicio en conductas aprendidas por el sujeto en algunos momentos de su vida, el cual la alimentación fue utilizada como una manera de dar premios o colmar estados emocionales. También ocurre con alta frecuencia que la persona ha experimentado un sobrepeso en algún minuto de la vida que ha hecho que la persona tenga hábitos alimentarios poco sanos y que la persona pierda la sensación de saciedad, lo cual da pie a que puedan aparecer estos episodios de comer compulsivo o trastorno por atracones. Posteriormente en la vida, ocasionalmente también puede haber algunos trastornos metabólicos que suelen asociarse a crisis de ingesta de carbohidratos predominantemente que no necesariamente tienen un trasfondo psicológico, sin embargo, puede perpetuarse como una conducta aprendida este apetito desmedido por carbohidratos.

Dentro de estos trastornos, están los trastornos asociados al control del metabolismo y la glucosa, tales como la resistencia a la insulina y la diabetes o trastornos relacionados con la tiroides como puede ser el hipotiroidismo, entre otros trastornos.

El tratamiento por el trastorno por atracones, debe consistir en un trabajo habitualmente multidisciplinario, en el cual el paciente pueda desarrollar una orientación en un plan de tratamiento por un nutriólogo, quien es asesorado por una nutricionista, los que podrán reordenar y redirigir la conducta de alimentación del sujeto a través de dietas y pautas de alimentación, además del control frecuente de peso y de los hábitos alimenticios, pero además los pacientes se benefician de tener un apoyo psicológico que tiene dos objetivos, el primero es que los pacientes aprenden estrategias de prevención de recaída, que le permitan a ellos anticiparse a que se gatille una crisis de atracón de manera tal que logren identificar cuáles son los estados emocionales que suelen anteceder dichas crisis.

Por otro lado, el apoyo psicológico debe ir orientado también a resolver los conflictos psicológicos que con gran frecuencia están presente desde la infancia de las personas que tienen trastorno por atracón, además de lograr reparar las consecuencias de la imagen personal que tiene el sujeto en su vida presente.

El apoyo familiar también es relevante, dado que es muy habitual que los conflictos psicológicos del sujeto tengan que ver con su historia familiar previa, de modo tal que la participación de los familiares significativo puede ser un apoyo invaluable para que la persona pueda llevar a término este proceso de tratamiento.

Otros trastornos menos frecuentes son las apuestas por internet compulsivas (variante del juego patológico), robo compulsivo (que es distinto de la cleptomanía), uso compulsivo de aparatos electrónicos (celulares, tablets).

 

5. Tabaquismo

La adicción a la nicotina es una de las adicciones más frecuentes y difíciles de tratar, dado el alto potencial adictivo de la nicotina. El tabaquismo, además de la adicción a la nicotina, conlleva una multiplicidad de daños en distintos órganos del cuerpo debidos a las más de 7.000 susutancias químicas que se generan de la combustión de la hoja de tabaco.

El tratamiento de cesación del tabaquismo requiere, además de motivación de la persona, el uso medicamentos que ayudan a disminuir los síntomas de privación de nicotina, que a menudo causan recaídas tempranas en el hábito tabáquico. Adicionalmente, la persona requiere del aprendizaje es una técnica denominada Prevención de Recaídas que le ayudará en el futuro a mantenerse en abstinencia a través del autocuidado.